16 de febrero de 2008

BERMEJO Y SUS REFORMAS

Esta semana me he quedado atónito al enterarme de las ‘obras de reforma’ que ha realizado el ministro de Justicia y cabeza de la lista del PSOE por Murcia, Mariano Fernández Bermejo. Les resumo un poco la historia por si no se han enterado del todo. Al parecer, por motivos de seguridad, Bermejo tuvo que trasladarse a un pisito de ‘sólo’ 220 metros cuadrados situado en la Plaza de España de Madrid. Al parecer, esta remodelación que ha sido pagada con fondos públicos se divide en 200.000 euros para acondicionar el piso, 20.000 euros para reformar la terraza y más de 24.000 en comprarse muebles (supongo que del Ikea no serán). Según los datos que he conocido hoy (15 de febrero), sólo en el baño este ‘justo’ ministro ha gastado más de 11 millones de las antiguas pesetas. ¿Se pueden imaginar cómo será su inodoro? Ante esta bomba informativa, el Ministerio de Justicia salió del paso aclarando que el ático estaba en “unas condiciones de habitabilidad muy deficientes”. Y seguía explicando el informe que “se observaba una importante situación de abandono y deterioro del inmueble”, por lo que precisaba esta reforma “para su uso como vivienda y dotarla de la dignidad imprescindible”. Pero, ¿qué español puede gastarse 250.000 euros en la reparación de su casa? ¿Dónde queda esa igualdad tan en boga? ¿Por qué todos los españoles tenemos que participar de esta reforma sufragada con el dinero público? Y para rematar, ¿por qué el señor Bermejo acomete esta remodelación tan cuantiosa sin saber siquiera si dentro de un mes podrá seguir habitando esa casa?
Sin duda alguna, el problema interno ha surgido cuando la anterior beneficiaria de este inmueble, la ex ministra de Vivienda y número 1 por Cáceres, María Antonia Trujillo, aclaró que dejó la casa tal y como se la entregaron. Además matizó que había vivido muy bien allí durante tres años con su hijo. “Es una vivienda muy bien ubicada, perfectamente habitable, cómoda y muy digna”. Para más inri, comentó que tenía fotos de cómo estaba el ático cuando cesó como ministra en julio de 2007. Pero todavía no se han hecho públicas esas esperadas imágenes. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido también a su ministro alegando que la reforma era necesaria desde el punto de vista estructural porque hacía años que no se acometían mejoras. También comentó que esa vivienda, al ser patrimonio estatal, puede ser utilizada para cualquier otra circunstancia, pues “no hay cargo más interino” que el de ministro. ¿Años dice? ¿Saben cuándo se dio esa última reforma? Pues concretamente en 2002, cuando vivía allí el ministro del PP Javier Arenas. Entonces se emplearon 110.500 euros. Es decir, que en la ‘cochambrosa’ vivienda donde querían meter al pobre Bermejo se han invertido 360.000 euros en algo más de cinco años. ¡60 millones de pesetas! ¡Si que son descuidados estos ministros! Lo destrozan todo a su paso. Pero como dice Zapatero, “a veces las cosas hay que reformarlas y ponerlas al día”. ¡Claro que sí! A ver si algún día pasan por mi piso alquilado y compartido en Carabanchel (por el que pago 225 euros al mes, gastos aparte) y le dan una manita de pintura, o me regalan una tele de más pulgadas, que ahora mismo la pantalla de mi ordenador es tres veces más grande. Pero bueno, serán las ventajas de ser político. Porque hay para todos, no se vayan a pensar. Según publicaba el diario Levante no hace muchos meses el insigne portavoz del PP, Eduardo Zaplana, consiguió mejorar las condiciones hipotecarias de su vivienda adquirida en el paseo de la Castellana, también en Madrid. Se trata de un ‘pisito’ de 532 metros cuadrados por el que Zaplana pagó 212 millones de las antiguas pesetas mediante un crédito hipotecario concedido por la CAM. Por cierto, los máximos dirigentes de esta Caja debían sus nombramientos a quien, hasta 2002, había sido presidente de la Generalitat Valenciana, es decir, el idolatrado Zaplana. ¿Podría hablarse de un sospechoso tráfico de influencias? ¡Quién sabe!
Lo que está claro es que a Bermejo le ha faltado mucho tacto. No era el momento de hacer esa reforma, y menos cuando tiene a todo el personal de Justicia amenazando huelga por una congelación salarial que les ha provocado “graves pérdidas de capacidad adquisitiva” en los últimos años. Ya me imagino al magnánimo Bermejo buscando por su Ministerio a ver qué funcionario se ha ido de la lengua y ha enviado la suculenta factura de reforma a El Mundo (el del casete del Gurruchaga). Lo siento, pero el cabeza de lista por Murcia no tiene defensa. Y remato con un dato para dejarlo más claro. El Gobierno ha gastado más en el pisito de Bermejo que, por ejemplo, en carreteras para Melilla en cuatro años. Pero es que era un ‘palacete’ inhóspito e inhabitable. ¡Entiéndanlo! Sobre todo cuando les suene el despertador a las seis de la mañana o cuando el 20 de cada mes ya no les quede un duro.
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